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Una compra

El ómnibus traqueteaba, la lata vieja de la cual estaba conformada su carrocería empezaba a hacer estragos, las gentes, estaban con aspectos distintos, caras largas y sin mucho entusiasmo, no todos estamos así de tristes o desganados cuando tomamos el transporte publico, los habemos contentos también, no felices pero si de buena gana, sentado pegado a la ventana contemplas las calles por las cuales rara vez sueles caminar, sueles ver quizá algún episodio curioso de la vida cotidiana.

Desde simpáticos vendedores ambulantes, capaces de vender los artículos mas insospechados, hasta algunas marchas escolares, montones de colegiales saliendo de algún centro educativo ubicado en plena avenida, quizá peligrosas escenas de robo o abuso, hasta mascotas olfateando en la fachada de alguna importantisima institucion.

Cuando en eso subió  un niño al bus, su aspecto era bastante miserable sin embargo apareció sonriente, con una sonrisa que denotaba picardía y mirada saltona, empezó a hablar: Muy buenas tardes, señores, damas y caballeros, con el respeto que ustedes se merecen, les saluda un joven estudiante y a la vez trabajador, que sube día a día a los carros, para ayudar a su familia, para salir adelante y...Les vengo a cantar una canción, y dice así...

Un hombre gordo y medio calvo, empezó a levantar la voz, su cara expresaba molestia y pesadez, empezó a decir que como era posible que este rapaz, seguramente pirañita venia a engañarnos, que el lo ve todos los días y que era mentira eso que decía pues se la pasaba mataperreando por ahí, que seguramente la plata que le daban se la malgastaba, que seguramente en drogas se lo gastaba...

El niño no parecía nervioso, mas bien seguía alegre y luego de pasar por todos los asientos pidiendo colaboración, paso incluso por el sr.gordo que le hizo una mueca de fastidio, el niño se dispuso a bajar del bus.

***

El hombre gordo bajo en una transitada avenida se acomodaba la corbata, su informe panza hacia casi reventar los botones de su camisa. Se acerco a un Kiosco; -Me da una cajetilla de Hamilton lights- pago, acto seguido se marcho.

El muchacho bajo en la misma avenida pero varias cuadras mas abajo, andaba por la calle sin preocupaciones, sonriente, feliz...Una señora lo llamo con mucha familariedad, el respondió al saludo de igual animo- Señora me da uno!- En seguida hijo!-La señora atendía un puesto ambulante de comida.

Comentarios

  1. Como siempre otra espera plumanegreana
    El cuento está en algo, social, ampliando tu horizonte de percepción. Esperemos nuevos y mejores cuentos, tu satira tu alegoria, y tantas cualidades buenas que posee tu estilo

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  2. CLARO!!! ESTE CUENTO LEÌDO EN LA CASA DE LA LITERATURA. COMO SIEMPRE, EL HUMOR EN KIKE ES NATURAL. LO SOCIAL, ESTÁ PRESENTE DE MODO SORPRESIVO (HABLO DEL AUTOR Y SUS INFLUENCIAS) COMO QUE POCO A POCO SE ESTÀ DANDO UN POCO MÀS DE COMPROMISO CON LA CARRERA. AGRADABLE.

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  3. Siempre la ha tenido un autor que no a necesitado de un cuento para que se le tome como tal. Sigamos en la senda.

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