Extraño maniquí de una tienda del Metro,
qué manera de observarme
y presentirme más allá de todo puente
mirando el océano o un lago enorme
como si de él esperara aventura y amor
Y puede un grito de muchacha en plena noche
convencerme de la utilidad de mi rostro
o se velan los instantes, placas de cobre al rojo vivo
la memoria del amor negándose tres veces
en aras de otra especie de amor
Y así nos endurecemos sin abandonar la pajarera
desvalorizándonos
o bien volvemos a una casa pequeñísima
donde nos espera sentada en la cocina una mujer
Extraño maniquí de una tienda del Metro
qué manera de comunicarte conmigo, soltero y violento
y presentirme más allá de todo
solamente me ofreces nalgas y senos
estrellas platinadas y sexos espumosos
No me hagas llorar en el tren naranja
ni en las escaleras eléctricas
ni saliendo repentinamente a marzo
ni cuando imagines, si imaginas, mis pasos de veterano absoluto
nuevamente bailando por los desfiladeros
Extraño maniquí de una tienda del Metro
así como se inclina el sol y las sombras de los rascacielos
irás inclinando tus manos
así como se apagan los colores y las luces de colores
se apagarán tus ojos
¿Quién te mudará de vestido entonces?
Yo sé quién te mudará de vestido entonces
LLena de frutas leves en los labios Adornada con mil flores disimiles Gloriosa En los brazos del sol Dichosa Como un ave familiar Cautivada Con una gota de lluvia Mas hermosa Que el cielo de la mañana Fiel Hablo de un jardín de un arbolito, de un Sueño pero ciertamente quiero
Comentarios
Publicar un comentario